Las pautas sugieren estrategias para mitigar, prevenir y solucionar los problemas de esfuerzo ocular involucrando aquellas personas más afectadas por el problema: las personas trabajadoras. La clave es respetar el derecho a la información de estas personas y ayudarlas a participar en el desarrollo, la evaluación y la revisión de las prácticas de Seguridad y Salud Ocupacional (OSH, por sus siglas en inglés). La guía requiere una identificación de los peligros mediante una evaluación de riesgos que incluye la fuente, la intensidad, el tipo y la duración de la exposición a las pantallas. Hay que establecer un programa de OSH con un comité que incluye asesores especializados y personas trabajadoras que supervisarán la implementación de un plan de acción para abordar las causas principales de este esfuerzo ocular.