Cuando las horas extraordinarias se convierten en trabajo forzoso

En el sector de la electrónica, el exceso de horas extraordinarias es un fenómeno habitual. El personal suele alargar la jornada laboral para intentar cobrar salarios dignos. Pero los sueldos bajos no son el único motivo para explicar las jornadas maratonianas: también pueden ser una forma de trabajo forzoso.

En palabras de una persona trabajadora de Filipinas:

"Nuestras horas extraordinarias son forzosas. Si te niegas, te penalizan y te suspenden. Tienes que cumplir las cuotas de producción que te han asignado... Muchas personas trabajadoras están amenazadas con el despido si se niegan a hacer horas extraordinarias".

Personal de Filipinas explicó a los equipos de monitorización de Electronics Watch los tres principales motivos por los que la dirección no permitía que se dejaran de hacer horas extraordinarias:

Tenían que cumplir el objetivo para poder entregar el pedido inmediatamente. Falta de personal disponible para hacer relevos o sustituciones. Un cliente los estaba visitando.

Estas personas explicaron que no podían dejar de hacer horas extraordinarias por que si se negaban su evaluación de rendimiento bajaría o, incluso, podrían perder su empleo. Algunas personas trabajadoras en proceso de formación añadieron que como cobraban poco se veían obligadas a alargar la jornada para obtener más ingresos.

La Organización Internacional del Trabajo explica que según el Convenio sobre trabajo forzoso (núm. 29), imponer horas extraordinarias no se puede considerar trabajo forzoso siempre y cuando se respeten los límites permitidos por la legislación nacional o los convenios colectivos. Sin embargo, si se superan, las horas extraordinarias impuestas "bajo amenaza de penalización", como el despido o rebajar salarios por debajo del mínimo legal, constituyen trabajo forzoso. Muchas de las personas entrevistadas en Filipinas y otros países hacían horas extraordinarias en estas condiciones.